Desde 2015, la universidad ha implementado diversas acciones para mejorar la eficiencia energética y optimizar el uso de la electricidad en todas sus operaciones. Estas medidas incluyen el apagado manual de salones en función de la programación de clases, la sustitución de equipos de alto consumo como chillers y sistemas de bombeo, y la conversión de la iluminación convencional a iluminación LED. Además, se han incorporado energías renovables y medidas pasivas en nuevos edificios y remodelaciones. Estos esfuerzos no solo han reducido significativamente el consumo de energía, sino que también han reafirmado el compromiso de la Universidad con la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental.
La adopción de fuentes de energía renovables ha mejorado el rendimiento del consumo, demostrando una mayor eficiencia energética y una menor huella ecológica. La transición a las energías renovables ofrece beneficios como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la alineación con los objetivos de la transición energética global y el ahorro de costos.
El consumo total en 2024 fue de 5.247.943 kWh, incluyendo tanto la energía solar como la hidroeléctrica.